sábado, 18 de julio de 2009

El nudo del ahorcado

La resignación es un suicidio cotidiano.

Mandó a su mujer y sus hijos a la casa de la playa. Compró una botella de whisky y varios metros de una cuerda resistente y se preparó a poner en práctica la decisión más dura que jamás en la vida había tomado. Las razones eran múltiples; algunas de tremenda importancia, que habían conformado juntas un callejón sin salida, del que esa tarde estaba dispuesto a escalar. Escribió dos cartas, una dirigida a su familia y otra a la autoridad competente, ambas sinceras y directas. En esa situación tan cruda era mejor obviar los paños calientes. Como nunca había hecho un nudo de tamaña trascendencia, decidió informarse. En un buscador de internet, enseguida encontró la solución: Instrucciones para hacer un buen nudo de horca. Eran viñetas sencillas con una escueta instrucción, perfectas para el caso. Una vez previsto todo, se dio una larga ducha y eligió con cuidado la ropa que se iba a poner. Pensó que la pérgola de madera labrada del porche trasero sería lo suficientemente resistente. Frente al ordenador, con un vaso de whisky con hielo, comenzó a seguir las instrucciones para hacer el nudo, pero frente a lo que pensó en un primer momento, no era nada sencillo. Después de algunos intentos, consiguió algo parecido al nudo del ahorcado pero no estaba bien apretado y se deshacía al deslizarse. Se desesperó y se apuró de un tirón el vaso de whisky. Se bebió otro mientras escrutaba la cuerda en busca del error que había cometido. Probó una y otra vez, con más y menos cuerda, pero no conseguía hacerlo corredizo, o se quedaba flojo. Bebió una y otra vez también para infundirse ánimos. Pero el alcohol hacía que cada vez sus manos estuvieran más torpes y finalmente se quedó dormido en el sofá.

Al día siguiente, se despertó con la cuerda enredada al cuerpo. Era tarde y tenía una fuerte resaca. La cabeza le iba a estallar. Se levantó arrastrando las piernas como un boxeador noqueado y se tomó una pastilla. Vio las cartas, primorosamente colocadas sobre la mesa. Sintió una vergüenza atroz. Las rompió. Tiró a la basura el poco whisky que quedaba. Enrolló la cuerda y la dejó tirada en el garaje con el resto de herramientas de bricolaje, que por falta de tiempo, ya apenas usaba.

Imagen: Horca de la exposición "Antiguos instrumentos de tortura" de la Sala Alfonso XII de Toledo.

24 comentarios:

Anónimo dijo...

La vida gira y gira, las mismas cosas nunca se ven de la misma manera. En este caso, valió la pena no dejarse llevar.

Merche Pallarés dijo...

Ja,ja,ja... Cómo se le truncó el invento... No había llegado SU hora... Ahora, que con esa resaca seguro que hubiese preferido estar muerto. Besotes, M.

molano dijo...

La vida misma. No se puede contar mejor.
Para que luego digan que Internet no sirve para nada. ¿O debemos concluir que Internet con whisky es un combinado revitalizante?

Javier dijo...

Nunca he sabido si se necesita el mismo valor para encarar el hecho de suicidarse o para seguir viviendo, yo creo que por mal que vayan las cosas al final siempre en algún lugar aparece una luz, tal vez sea un ingenuo, pero vale la pena fracasar para seguir viviendo, eso ya es un triunfo.

panterablanca dijo...

No es fácil suicidarse, pero algunas veces es más difícil aún seguir vivo. ES una decisión complicada.
Besos felinos.

Joaquín Campos dijo...

A MI ME CUESTA MUCHO HACER UN NUDO DE COBATA IMAGINA PUES LO QUE DEBE COSTAR HACER UN NUDO DE HORCA.
ES COMO PARA CORTARTE LA RESPIRACION ¿NO?
SALUD.

Madame X dijo...

Hasta para suicidarse se necesita un poco de maña.

Por lo que yo sé, el que lo intenta y fracasa, volverá a intentarlo. Salvo que le cambie la vida, algo que pocas veces sucede.

Un beso sobrecogido.

CRISTINA dijo...

Impresionante el post. Y lo digo de verdad. O sea, que estoy tremendamente impresionada. El tema, el fondo de la cuestión, la forma...cómo acaba la historia...impecable lo que has escrito, Capri.
Ya sólo por lo de "la resignación es un suicidio cotidiano" merece la pena este post. Pero claro, lo que sigue es alucinante. Y ese toque de ¿¿humor negro?? con lo de Internet, "Instrucciones para hacer un buen nudo de horca".

Me ha gustado mucho este post. Y me ha dejado algo helada y muy triste pensando en personas, con nombres y apellidos, que se han suicidado.

Eduardo dijo...

Buenísimo... La incompetencia entorpece hasta el último movimiento...

Le poinçonneur dijo...

Me ha encantado el texto.

Felicidades, Capri.

Vivian dijo...

La cita, magnífica, tu texto, impresionante, tu manera de describir los preparativos, anunciándonos la tragedia que se avecina, y al final, ese giro donde por una vez el alcohol ha sido la salvación en lugar de la condena de una persona.
Me encantó este texto, en especial por los tempos que tan bien has sabido manejar, plases para ti.

Un beso

princesadehojalata dijo...

Lo más fuerte del texto (magnífico) que has escrito, es que a partir de ahora recibirás con frecuencia visitas de suicidas que teclearán en google "Instrucciones para hacer un buen nudo de horca" y puede que tras leerte, cambien de opinión. Sería la leche, no?

Un beso.

Lola dijo...

Hola Capri...

Volví...como la canción de Bebe a la blogsfera. Y qué suerte, me encuentro este relato.
Muy bueno.

Saludos.

bela dijo...

¡Cosas del destino, supongo! o quizá no estaba del todo decidido. Terminar con todo debe ser duro, tan duro como seguir día a día sin ilusión. Sí, yo también me pregunto que necesita mas valor.
Prefiero no averiguarlo y me quedo con la vida, a la que aún aprecio lo suficiente para conservarla. ;)
Saludos

Maribel dijo...

Hola Capri,
me ha gustado mucho el relato ... por unos minutos de sueño este señor salvó su vida ... cosas del destino. Me alegro que al despertar no prosiguiera con su idea.
Un saludo,
Maribel

Paco Becerro dijo...

Tremendo. Un texto tremendo.
Abrazo sin cuerdas.

Justo dijo...

Ay madre, menos mal que no envió las cartas, qué vergüenza...

No sé qué decir sobre el suicidio.. afortunadamente, nunca me ha tocado de cerca. Y espero que siga siendo así.

Estoy leyendo un libro que me está apasionando, On cats, de Doris Lessing, es la historia de los gatos de su vida, o su vida a través de los gatos. Y una de las gatitas que describe intentó suicidarse con su comportamiento, de manera obstinada, quería dejarse morir...

Un abrazo, Capri

Capri c'est fini dijo...

*Lúcida, gira y gira y cambiamos de opinión en horas, así que si tienes que tomar una decisión tan importante como ésta, lo mejor es pensarlo y pensarlo... hasta que se te pase. Un beso.

*Merche, es que no es fácil hacer un nudo, salvo que seas marinero o boyscout. Y es cierto, que hay resaca en las que prefieres estar muerto. Muchos besos.

*Molano, para este pobre internet+whisky supuso vida, así que nunca se sabe desde donde te puede venir la esperanza. Un abrazo.

*Pe-jota, es necesario un valor extraordinario para suicidarse porque es ir en contra de nuestro propio instinto de conservación. Yo también soy de ese grupo de ingenuos que cree que un día puede salir el sol más brillante y cambiarlo todo. Pero no es fácil transmitirlo a alguien que está en el pozo. Un abrazo.

*Pantera, no es fácil, la vida es en sí tan dura y a veces nos vemos encerrados en cada laberinto que no me extraña que exista el suicidio. Muchos besos.

*Groucho, yo también soy un negado para los nudos... especialmente para deshacerlos... Así que no podría hacer nunca un nudo de horca, y el de corbata tampoco. Un abrazos.

*Madame, cuando tomas una decisión tan difícil y trascendental, tienen que cambiar mucho las cosas para que des marcha atrás. Pero a veces sucede, como con casi todo, es mejor ser cambiante en esto. Un besazo.

*Cristina, gracias, eres muy amable. Es un tema un tanto siniestro, pero real y como todo en la realidad siempre se le puede sacar algo de punta. Me alegro de que haya dado en el clavo. El suicidio debe ser una de las peores formas de morirse, claramente para los familiares y amigos, porque siempre queda la duda de que podrías haber hecho. Un beso.

*Eduardo, es que somos muy incompetente y más para hacer algo que no queremos. No crees? Un abrazo.

*Poinçonneur, muchas gracias, me alegro de que te haya gustado. Abrazos.

(continúa)

Capri c'est fini dijo...

*Vivian, eres un sol, gracias. No merezco tantos elogios. Pero me quedo orgulloso de que te hayas gustado... Me gusta cambiar los motivos de salvación, nada de épica, porque salvo la vida de Braveheart, la vida es más prosaica que otra cosa. Un besazo.

*Ay Princesa, pues no lo había pensado... mira espero que sirva para disuadir a alguno y que ahogue las penas en whisky y así consiga algo de tregua. Vaya, el Google puede traer a los visitantes más inesperados. Muy atenta con tu observación. Un beso.

*Lola, pues bienvenida de nuevo. La canción esa de Bebe me gusta mucho. Espero que sigas volviendo y volviendo como Chavela Vargas. Un beso.

*Bela, tienes razón, hay cosas que es mejor no comprobarlas. Tampoco me quiero ver en la situación límite de tener que elegir entre una vida de muerta o una muerte como solución. Debe ser la peor decisión de todas. Besos.

*Maribel, supongo que no prosiguió porque levantarse con resaca a la mañana siguiente te deja la cabeza incapacitada para acciones muy complicadas mas allá de tumbarte y vegetar. Un beso.

*Futuro bloguero, weno, tremenda situación, no? Espero que te haya gustado leerlo. Saludos.

*Justo, yo tampoco he tenido cerca ninguna experiencia suicida y espero que siga así. Pero ahora que lo pienso y ya que citas esa gata d Doris Lessing con tendencias suicidas, yo también tenía una canaria a la que su canario maltrataba y que se tiraba de espaldas del palito de su jaula intentando acabar con su miserable existencia. Totalmente verídico, palabra de explorador. Un abrazo.

Santy Trombone dijo...

no yo nunca me ahorcaría, que dolor... pero si es cierto que en internet hay métodos para suicidarse que no fallan, algunos muy curiosos... genial tu texto, me ha encantado...

JLO dijo...

hubiese preferido un final tragico... asi estoy hoy... es lo que hay... y es tarde...

salu2


pop life

senses and nonsenses dijo...

es que el alcohol desinfecta las heridas...
hay que deshacer los nudos, desatarlos. si la cagamos, mejor que no sea con algo TAN definitivo, por si nos arrepentimos...

abrazos des-atados...

CONTRADICTORIA dijo...

hay quien dice que suicidarse es de cobardes, otros opinan que de valientes.. yo creo que la vida hay que vivirla porque ella misma te la quitará...... nunca hay que forzar situaciones...
perdona por mi tardanza.... las cosas ya sabes que nunca son como uno quiere.... un beso.

Capri c'est fini dijo...

*Calamarín, Internet da soluciones a casi todo... quizá menos a las cosas más importantes. Pero no hay que matar al mensajero, quien lo quiere hacer, encuentra la forma. Seguro. Un abrazo.

*JLO, bueno, hay días para finales trágicos y días para finales felices. No considero que el final de esta historia sea precisamente feliz, aunque siempre podía haber sido peor... Un abrazo.

*Senses, es cierto, jajaja, el alcohol desinfecta las heridas, pero no lo digamos en una reunión de Alcóholicos Anónimos, porque se nos echan encima. Yo no digo nada de desatar nudos, porque soy pésimo para ello. Un fuerte abrazo.

*Nomo, para vivir ya hay que ser valiente, porque salvo que vivas en una burbuja, nadie está a salvo de las pruebas de valor que te pone la vida. No me tienes que dar explicaciones, sé perfectamente que la vida te hace escoger en ocasiones bailar con la más fea. Nos pasa a todos. Un fuerte beso, guapa.