lunes, 6 de abril de 2009

Sol ardiente de junio

Su traje es amarillo, un topacio que resiste todo intento de descripción, dominando todo lo que se le acerca con un esplendor que es casi imperial.


¿Es el sueño, la inconsciencia o quizá la muerte quien la busca? Debe ser el sueño reflejado bajo la luz del Mediterráneo, que acaricia las gasas, que enrojece la piel. El sueño plácido que descansa, que fortalece, que invita a vivir en un mundo de imágenes coloreadas. Benévolo, placentero, sencillo sueño, donde dejamos de ser quienes somos para ser quienes queremos ser. Cuando el sueño nos rodea con amorosos brazos, olvidamos el cuerpo, porque no es importante y nos sumergimos en las aguas del mar. Allá abajo, un mundo nuevo se descubre: delicados corales, caballitos intangibles, serenas algas movidas al vaivén de la marea, bancos de peces de plata, arena que pule la roca más dura. ¿Es el sueño la vida auténtica? ¿Dormimos para vivir, errantes, muertos en vida, perdidos en las grises sombras de la realidad? No lo sé y no quisiera saberlo, porque atrevidos sueños me atormentan las noches. Sueños que no viviré nunca, que me persiguen, pero que duran el tiempo justo para levantarme sudoroso y aliviado. Bellos, soleados pero igualmente peligrosos, me atrapan y me ahogan. Me avisan de mi pasajera vida. A veces no quiero soñar, consciente como soy de su tentador filo. La durmiente, sin embargo, lo tiene claro, como la decidida Penélope enfrentada a su destino. El eterno sueño es su vida, su hogar lo inconsciente y cuando la antipática muerte llegue, que la busque junto al mar, durmiendo bajo el sol ardiente de junio.

Sol ardiente de junio (1895) del pintor británico Frederic Leighton es uno de mis cuadros favoritos. Mil veces disfrutado en ilustraciones, nunca lo había visto en persona, porque se exhibe en el Museo de Arte de Ponce en Puerto Rico. Pero curioso como siempre, el destino me lo ha traído, ya que unas obras de remodelación en su museo le ha hecho recorrer mundo visitando paredes ajenas en que lucirse. Desde el 24 de febrero hasta el fin de mayo recala el Sol ardiente de junio en una sala del Museo del Prado de Madrid y estando cerca era un verdadero pecado no ir a hacerle una visita. Estos encuentros suelen ser comprometidos porque las expectativas suelen ser tan altas que la sombra de la decepción siempre planea sobre tu cabeza... Pero, todo fue sencillo y fácil, como los mejores placeres. Entré cauteloso para no perturbar el eterno sueño de mi anaranjada amiga y allí me quedé, absorto, recorriendo con la vista cada pliegue, cada muesca, cada detalle. Atrapado mucho más tiempo de lo que hubiera imaginado, callado, sonriendo, sintiendo como si el sol se hubiera colado por las ventanas del museo. Y más hubiera estado si no llega a despertarme de ese sueño una avalancha de estudiantes de excursión de fin de curso que gritaban su aburrimiento en la sala. Aún así, salí del Prado deslumbrado, con la imagen impagable del sol ardiente de junio grabada para siempre en mi memoria.

34 comentarios:

Anónimo dijo...

felicidades

Merche Pallarés dijo...

Bello cuadro. Iré a verlo porque estaré en Madrid a principios de mayo, (espero que no me toque una caterva de colegiales...). Besotes, M.

Paco Becerro dijo...

Otra razón para volver al Prado...

Tomamos nota de la recomendación.

princesadehojalata dijo...

Precioso. El detalle del pie...

Un beso Capri.

Viajaste sólo para ver el cuadro? me parecería genial si así fuera.

dvd dijo...

Me recuerda levemente a mi adorado Alma-Tadema... usted sabe...

Peggy dijo...

Ummm venia yo del existencialismo desgarrado de Bacon en otra sala del Prado y me encuentro con el mundo prerrafaelista , romantico y sensual .....un shock vamos ....pero redonozco que el colorido es envolmente ,simbolismo de muerte placentera en junio.... destacar el impresionante marco de cuadro ......

Maribel dijo...

Capri,

me encanta el cuadro, ah!, maravilloso lo que dices, puede que nunca lo hubieras visto, pero el destino te lo ha traido a donde tú vives ...
Sé que se siente al ver algo que amas tanto, me pasó con un castillo también.
Felicidades por cumplir "uno" de tus sueños ... a seguir esperando los demás ...
Un beso,
Maribel.

Vivian dijo...

Posiblemente, ésta sea una de las entradas que más me ha gustado de las que leí hasta ahora, por el ambiente entre poético y onírico de tus palabras en el inicio del relato, por el cuadro, que invita a recorrer caminos para poder estar frente a él, y porque consigues transmitir los sentimientos que provocó en ti al contemplarlo, haciendo participe a quien te lee de esas sensaciones.
El cuadro, no lo conocía, pero a mi vuelta de vacaciones, espero poder ir a verlo si aún está por aquí, la imagen me atrapó desde el primer instante.

Un beso

Capri c'est fini dijo...

*Anónimo, me encanta tu entusiasmo, ya sé que sólo es un cuadro pero...

*Merche, sí, es una preciosidad, yo al menos salí encantado. Espero que te guste. Ya me contarás. Lo evitar la caterva de colegiales me parece que es algo inevitable. El Prado es una de las paradas obligatorias en estos tours juveniles (para su desgracia).

*Futuro bloguera, siempre hay una razón para ir al Prado... yo al menos siempre la encuentro. Pero comprendo que es algo persona... me encanta ese sitio, me parece mágico. Un saludo.

*Princesa, hubiera puesto más detalles pero no quería saturar. No viajé sólo para ver el cuadro pero inconscientemente programé una visita a Madrid para las fechas de la exposición... No hay nada como planearse uno la vida, jeje. Un beso.

*DVD, bueno, es que tienen mucha relación, ambos pertenecía a la hermandad prerrafaelista y se conocía y pintaban basándose en ideas similares. Me encanta Alma-Tadema también. Te recomiendo El hallazgo de Moisés, aunque seguro que la conocerás... Un abrazo.

*Peggy, Bacon es Bacon, también me gustó mucho, la verdad y como bien dices no tiene nada que ver con estos pintores victorianos. Qué raro que no haya citado nada del marco, que también me sorprendió... dulces sueños. Besos.

*Maribel, pues es algo difícil de explicar, mezcla de alivio y felicidad y emoción... aunque todas estas palabras suenan muy cursis así dichas. ¿Síndrome de Stendhal? Hombre, no lo creo, pero estaba en el séptimo cielo. Lo bueno de esto es que se van cumpliendo pequeños sueños... pero aún me quedan muchos más. Curiosamente, cada vez más. Un beso.

*Vivian, me alegro de que siempre encuentres algo que te gusta en este rincón. Sería doblemente feliz si a la vuelta de vacaciones te dejaras caer por el Prado para verla... porque me sentiría responsable de habertela presentado. Espero que te gusta al menos la mitad que me gustó a mí. Un beso.

CRISTINA dijo...

Qué bonito. El cuadro y tu post. Muy muy bonito.
Y entiendo perfectamente esa sensación que describes. Hay obras que uno necesita verlas de verdad, y cuando llega el momento, a veces por casualidad, a veces muy buscado, es genial.
Bueno, a veces una obra decepciona (La Gioconda, por ejemplo, o uno de los de las bailarinas de Degas que me desilusionó), pero en la mayoría de los casos es al revés, la obra supera todas las expectativas.
El primer Hopper que vi en vivo y en directo fue en el MOMA de Nueva York y el momento fue mágico. Pero nada comparable con encontrarme, por casualidad, con "La plaza de S. Marcos" (creo que se llama así) de Canaletto.
Y hablando de italianos, casi nada la diferencia entre ver una foto y encontrate delante de un Caravaggio como el de "La crucifixión de S. Pedro", por ejemplo. Es impresionante.
Una de las cosas chulas de viajar es ésta. Es una de las mejores que se pierden los que no se mueven del sofá de su casa en su vida.
Ir a una ciudad sabiendo que allí está una de esas obras que llevas viendo desde siempre en fotos y que te encanta, es genial. Buscar el museo, mirar los horarios, planear el momento y encontrarte con el cuadro es una gozada.
Me ha gustado mucho tu post.

Anónimo dijo...

Pues tienes un gusto excelente, a mi parecer.

Caronte dijo...

Qué bien escribes!!!

y cómo entiendo lo que dices, esa lista de cuadros pendientes...me pasó en Septiembre con "Ciencia y Caridad" de Picasso, en Barcelona, y tengo tantos pendientes...y "morir es dormir, y tal vez soñar" (Shakespeare).

1 abrazo.

Viperina dijo...

Cuando por fin llega la ocasión de ver frente a frente algo, o alguien, admirado e idolatrado la sensación es indescriptible, especialmente si, como en este caso, la realidad no defrauda las expectativas. Por cierto, yo estoy convencida de que vivimos una vida paralela cuando soñamos, lo que no tengo tan claro es cual es la real...
Besos.

Justo dijo...

Me recuerda tu comentario que estoy viviendo en París y aún no he visitado el Louvre -sí otros muchos, pero no ése, que se supone es el principal-. Y hace siglos que no voy al Prado.. siempre lo pospongo, prefiero ir al Reina Sofía, o al Pompidou aquí, pero es quizá porque los veo muy solemnes, o demasiado grandes, ya sé que es un error, quizá lo que tengo que hacer es ponerme como objetivo ver una sala, o un cuadro, como has hecho tú.. cuánto te cundió, amigo.

Capri c'est fini dijo...

*Cristina, los medios actuales permiten reproducciones de las obras de arte excepcionales y es una gran ventaja poder acceder a ellas comodamente desde tu casa. Pero la sensación de contemplar una obra por tus propios ojos no es comparable a nada de esto. Y si encima tiene una querencia especial por alguna obra de arte, disfrutas una barbaridad cuando la tienes delante. Normalmente a mi me decepciona el tamaño porque sueles hacerte una idea que no es la real. Aún tengo muchos cuadros que ver con los que sentir lo mismo... Me alegro que entiendas esta sensación. Un beso.

*Lúcida, pues muchas gracias... me pongo colorado con tu comentario, en serio... Besos.

*Caronte, lo importante es tener siempre algún cuadro anhelado que ver, alguna ciudad que visitar o alguna isla que encontrar... A tu cita contesto con:
¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión, una sombra, una ficción, y el mayor bien es pequeño; que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son.

*Viperina, ah, la realidad y las expectativas... lo importante es que vayan parejas, porque si es una emoción fuerte el que veas realizadas las expectativas, más fuerte es aún el que no las veas cumplidas. ¿Vivir doblemente? Es un poco lo que me preguntaba... aunque ya me es un problema vivir una vida... Un abrazo.

*Justo, te entiendo perfectamente porque yo mismo he pospuesto mi visita al Prado cada vez que he ido al Madrid... porque sabes que hay tantas cosas que ver que necesitas un tiempo, que si es mucho acabas harto de cuadros y no lo disfrutas. ¿Sabes que hice yo aprovechando que iba a ver este cuadro? Me di una vuelta, sin compromisos, y en cada sala, sólo me dirigía al cuadro que más llamaba mi atención, desatendiendo al resto... Así puede disfrutar de muchos aunque se me quedaran otros en el tintero, pero ya habrá tiempo... no es la última vez que visite el Prado. Saluda de mi parte a la libertad guiando al pueblo o al escriba sentado cuando te decidas a ir al Louvre. Un fuerte abrazo.

M.Eugenia dijo...

Te entiendo perfectamente,a mi me ha pasado con muchos cuadros o edificios,pero por el que siento debilidad es por ,"El Jardín de las delicias".

Ernesto dijo...

Con semejante descripción es imposible no caer rendido a la belleza de este cuadro. Recalaré por Madrid a principios de mayo (espero que también con Sol ardiente); haré lo posible por verlo.

Un abrazo.

Arezbra dijo...

Empezaba a pensar que sólo mis sueños eran suficientemente oníricos como para reconocerlos entre tanta realidad soñada. Recomendable visita la de ese mundo que describes.
Un saludo

Capri c'est fini dijo...

*M. Eugenia, bueno, es que El jardín de las delicias es impresionante. También lo vi... ya que estaba en el museo del Prado. Aparte de sus escenas, me impresiona lo bien conservado que esta el verde del jardín, increíble la fuerza que aún gasta... Una delicia. Besos.

*Arguifonte, bueno, si tienes la oportunidad de pasarte por el Prado, no dudes en desaprovecharla, pero no lo hagas como obligación, sólo si te lo dicta el corazón: te gustará el doble. Un abrazo.

Capri c'est fini dijo...

*Arezbra, los sueños nunca son demasiado oníricos, son sueños, pasta de gloria que nuestro inconsciente nos da... Sueña, sueña y disfruta ante todo. Un abrazo.

senses and nonsenses dijo...

esto no es un post, es poesía. la ensoñación, las sensaciones de la obra, y las tuyas al poder contemplarla... sueño cumplido.
yo no me acuerdo de los sueños, fumo muchísimo... que el sol ardiente de junio y la luna llena de agosto me pillen durmiendo, mejor, soñando...

un abrazo.

Capri c'est fini dijo...

*Senses, muchas gracias, no me merezco tus palabras, eres muy amable. ¿Hay alguna relación entre fumar y soñar? El humo puede ser igual de intangible que los sueños... Te deseo muchos sueños, cumplidos o no... porque lo importante es soñar, a ser posible despiertos.

Un abrazo.

El Velvet de Cierto Pelo dijo...

Uuuuy... hermoso (texto e imagen).
De cuando el arte produce sensaciones artísticas.
De cuando el arte motiva a otras artes.

Capri c'est fini dijo...

*Velvet, no es que me considera artista, porque enfrentarse a obras de arte como esta te demuestra lo ridículo e intrascendente que uno es, pero... no hay mayor inspiración que intentar recrear las emociones ante un objeto excepcional, como el sol ardiente de junio. Un abrazo.

Paco Becerro dijo...

Siempre es un gusto ir al Prado, efectivamente. A mi también me parece mágico.

Capri c'est fini dijo...

*Futuro bloguero, yo hacía tiempo que no iba por aquello de la pereza de tragarme un museo tan grande, pero estando allí me he dado cuenta de mi error. El Prado es un lugar estupendo al que desgraciadamente muchos van por obligación. Pero ir a tu aire, parándote donde quieres, es una gloria.

Un abrazo.

@ELBLOGDERIPLEY dijo...

Pues me acercaré al Prado para verlo, no conocía el cuadro, ni tenía noticia, pero es muy bonito. La postura de ella es complicada de pintar, la verdad. Debía estar enormemente cansada porque parece dormir en un banco de piedra, algo así, aunque debe tener algún cojín o algo debajo.
Curiosa indagación sobre el sueño, también, imposible averiguar qué sueña ella, pero seguro que algo agradable...
Besotes.

Capri c'est fini dijo...

*Ripley, si puedes acercarte, hazlo. Merece la pena. Te lo aseguro. Es una postura bonita, ¿verdad? Es como dejarse caer de cualquier manera en brazos del sueño. Imposible saber que sueña, pero es que es imposible saber que sueña nadie, salvo que te lo cuente y aún así nunca vivirás la misma sensación del soñador.

Un abrazo.

Madame X dijo...

Afortunado tú que has podido gozar con este magnífico "sol ardiente"... que a buen seguro te inspirará algún sueño reparador y catártico.

No dejes nunca de soñar y de deleitarnos con tu poética prosa.

Capri c'est fini dijo...

*Madame, sí, me siento muy afortunado. Desde hace años sueño con ver este cuadro y ahora que lo he cumplido puedo dormir tranquilo soñando con él. Pero sigo soñando con cosas que hacer, cuadros, libros o pelis que ver, e historias que contar... porque los sueños son un gran material para escribir.

Un beso.

Javier dijo...

es curioso el hecho de que algunas veces aquellos cuadros que logran cautivarnos están demasiado lejos, aunque hoy digan que todo está más cerca, pero desde luego esta es una oportunidad única, así que disfrútala.

Capri c'est fini dijo...

*Pe-jota, sí puede ser, pero gracias a San Google hoy podemos disfrutar cada vez que queramos de cuadros de los que ni habriamos oido hablar antes, por estar lejos o ser algo desconocidos. Aunque claro, la sensación de tenerlos enfrente no tiene nada que ver con esto.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Sólo veo belleza y paz cuando la miro.
Mistery Man.

Capri c'est fini dijo...

*Mistery Man... lo bueno de los cuadros es que lo que ve uno es lo que vale, da igual lo que nadie más diga. Un abrazo.