lunes, 17 de agosto de 2009

Woodstock

Woodstock fue un cúmulo de circunstancias donde todo lo que tenía que haber salido mal, salió bien.

David Fricke

Venía de la compra en coche. Se había aprovisionado para la visita de su hijo, su nuera y sus nietos. Se paró en un semáforo. Encendió la radio. My Generation de The Who. Y asintió satisfecha. Recordó la fecha en la que estaba. Cerró los ojos. En los últimos sones de la canción, el locutor dijo que la dedicaba a aquellos locos de la era de Acuario cuarenta años después. Se miró en el espejo retrovisor. Sus ojos habían perdido brillo, los rodeaban profundas arrugas. Pero cada vez que escuchaba esa canción se veía con veinte años, con su melena rubia decorada con flores y un vestido ancho que le gustaba mucho. Y recordaba, sin tener que mencionarlo la radio o la televisión, el barrizal de Woodstock, la gente apretada en los conciertos, la música, sus amigos. Pero sabía que poco quedaba de aquella chica cuarenta años más tarde, poco más que un recuerdo, como poco quedaba de aquel mundo inocente que aún creía en el cambio. El mundo que los jóvenes moverían hacia la paz, donde el amor sería la divisa. Ideas que ahora sonrojarían incluso a los niños y que aquella chica en su momento las convirtió en su credo. Y de repente, el coche de atrás la sacó de su recuerdo con un hosco claxon que le indicaba que el semáforo ya se había puesto. Paz y amor, pensó. Sonrió y siguió su camino a casa.

Este blog sesentófilo, melómano y amante de los lugares que fueron y desaparecieron, no podía pasar el cuarenta aniversario del festival de Woodstock, momento clave no sólo en la música de final del siglo XX sino en su historia en general. Porque Woodstock unió a toda una generación que creyó en utopías en las que ya nadie cree y porque el festival puso punto y final a una década prodigiosa. Transcurrió en una granja en Bethel (Estado de Nueva York) entre el 15 y el 18 de agosto de 1969 y congregó a medio millón de personas, cuando sólo se esperaban unos 60.000. Más allá de él, muchas cosas cambiaron, porque no hay nada duradero en este mundo, y los hippies de Woodstock se reconvirtieron y se diluyeron. Cuarenta años después se alzan algunas voces críticas diciendo que se ha creado un mito falso alrededor del festival. Puede ser, porque los que no vivimos un hecho histórico tendemos a exagerarlo. En cualquier caso, sea un hito o un simple concierto, la memoria de Woodstock permanecerá como el fin de la efímera era hippy en el mundo.

Vídeo: Actuación de The Who tocando My Generation en el festival de Woodstock de 1969.

11 comentarios:

Merche Pallarés dijo...

No estuve en Woodstock pero ese acontecimiento no fue el fin del movimiento hippy. El fin del hippismo fue cuando "the powers that be" introdujeron la heroina a mansalva (en España entró por Ibiza, mira tu por dónde...) justamente para minar y erradicar ese movimiento tan alejado de sus "intereses". Lo consiguieron.

Me ha encantado tu post. ¡Gracias por acordarte de los sesentañeros! Muchos besotes, M.

Adrián Mariscal dijo...

Encantadora tu forma de relatar lo que sucedió en Woodstock, con un enfoque distinto y más interesante que el que se le da en los diarios, yo apenas tengo 20 años, pero me habría gustado vivir tiempo atrás.

Un gran abrazo Capri!

Le poinçonneur dijo...

Los ideales se disuelven como azucarillos. Suerte que quedan tus post.

Abrazos.

Capri c'est fini dijo...

*Merche, bueno, supongo que tienes razón, el hippismo perduró en las personas y la heroína se encargó de exterminarlos pero con el final de los 60 murieron los verdaderos hippies. Al menos esa es mi opinión. Fue un gran acontecimiento significativo, eso sin duda. Un beso.

*Adrián, yo tampoco conocí Woodstock por mi edad, pero he leído sobre él y me he informado. Quizá sólo conozca ese aurea que se creó sobre el festival, pero no me importa. Es lo que quería reflejar en su aniversario. Un abrazo.

*Poinçonneur, mis posts también se disuelven como azucarillos. Cosa del tiempo, que es implacable para todo. Un abrazo.

Merche Pallarés dijo...

Mi querido CAPRI, eres muy jóven. El movimiento hippy EMPEZÓ a raiz del asesinato de Kennedy en el '63 pero la fama explotó y fue más multitudinario a partir del '67 en la Universidad de California en Berkley, San Francisco. El movimiento murió a finales de los '70. Cuando acabó la guerra de Vietnam exactamente, y muchos (los que no habían muerto por sobredosis...) volvieron a los USA y se convirtieron en los yuppies de los '80. Porque no hay que olvidar que el movimiento hippy fue un movimiento estudiantil universitario AMERICANO y, si me apuras, de JUDIOS AMERICANOS. Siempre, los judios intelectuales han sido los grandes revolucionarios. No lo olvidemos. Besotes mi querido, M.

Capri c'est fini dijo...

*Merche, gracias por tus sabias palabras. Es toda una lección de Historia. En mi entrada no quería tanto ceñirme al fin real del movimiento hippie sino a su fin simbólico, pero no me he explicado bien. Con los 60 murieron muchas cosas, como la figura del hippie americano por antonomosia a pesar de que subsistió en los 70 y fue significativa en su lucha contra la guerra de Vietnam. Woodstock supuso el principio del fin de un sueño. Y luego otras razones se encargaron de darle el toque de gracia. Un beso, amiga.

Sibyla dijo...

Hola Capri!!!

Siempre disfruto de tu "encantadora forma" de relatar y compartir tus pensamientos. Tan solo con leer las letras en negrita de los comienzos de tus post, ya me quedo más que enriquecida...después llegan tus palabras.

Te diré que sí, que viajé desde el sur a Madrid, para disfrutar en vivo y en directo de Matisse, a través de sus obras. Siempre me emociono cuando veo los cuadros de mis pintores favoritos.
Si al final te decides a ir a ver la exposición, por favor no te pierdas la que hay de Sorolla en el Prado. Sería imperdonable, es simplemente maravillosa, casi divina...

Un abrazo veraniego querido amigo:)

panterablanca dijo...

No estaría mal que el espíritu e Woodstock volviera. Paz y amor, eso es lo que hace falta en el mundo.
Besos felinos.

El Deme dijo...

Todos hemos tenido 20 años alguna vez en la vida, hemos soñado con un mundo mejor de amor y paz, pero continuamente nos estamos defraudando.

Paco Becerro dijo...

Dicen que aquel concierto no tuvo gran calidad de sonido, ya que entonces no había buenos sistemas de reproducción ni buena acústica etc, pero lo grande fue el ambiente y la reunión de gente.

En cualquier caso, fue un increible concierto, un happening, que cambió el mundo, de toda una generación.

En cuanto a los Who y el My generation, ha sido un hito en la vida de muchas personas, esa letra, esa frase de morir antes de envejecer, ese falso tartamudeo, siempre fue increible.

Para mi, el mejor video de esa canción (sobre todo por la entrevista previa que hace el presentador) es el de esta actuación de The Who

Espero que lo disfrutes y te rías.

Un abrazo

Capri c'est fini dijo...

*Sybila, muchas gracias, eres muy amable. Me quedo con tus recomendaciones porque voy a Madrid en breve y estoy deseando ver la exposición de Matisse. Y de paso sacaré tiempo para la de Sorolla. Un beso.

*Pantera, es tan difícil recrear un sentimiento. Pero ojalá se dieran las condiciones para que surgiera algo parecido a Woodstock. Tienes razón, hace mucha falta.

*Deme, el espíritu de los 20 años nunca se va a perder, porque siempre va a haber personas con 20 años que sigan pensando en la utopía. Pero los que tenemos más de 20 no podemos dejarnos derrotar por la mala baba, las noticias, lo malo del mundo... porque eso supone rendirnos. Un abrazo.

*Futuro bloguero, claro, lo bueno de Woodstock es que no fue ni el mejor, ni el primero, ni el último, pero se dieron una circunstancias mágicas de amor y camaradería que han pervivido en la historia. My generation no es la mejor canción de Woodstock, pero sí es muy significativa porque habla de esa generación que creyó. Ya había visto esa actuación de los Who, muy buena, muy graciosa y muy sesentera (la larga sombra de los Beatles en USA, no crees?). Un abrazo.