sábado, 8 de noviembre de 2008

Un hombre entre dos trópicos

Las estrellas brillan tan claras, serenas, remotas. No se burlan de mí precisamente, sino que me recuerdan a la fatalidad de todo. ¿Quién eres tú, muchacho, para hablar de la Tierra, de hacer volar las cosas en pedazos? Muchacho, nosotras hemos estado suspendidas aquí millones y billones de años.


Henry se pateó todo Nueva York en busca de un amigo, no porque se sintiera sólo sino porque necesitaba pasta. Daba igual quien fuese con tal de que aflojara el dinero sin que diera la tabarra mucho tiempo. Dejaría esta ciudad de mierda, se dijo, en cuanto reuniera el dinero suficiente como para sacarse un pasaje, sea en avión, en barco o en submarino. Cualquier cosa para salir de la pestilencia de Nueva York. Ni todas las fiestas, ni todas las mujeres del mundo con las piernas abiertas podrían convencerlo de lo contrario. Las luces iban encendiéndose poco a poco, dando a las cosas que alumbraban un halo mortecino. Se miró la cara en la luna de un escaparate y vio a la muerte posada sobre él como una polilla. Debo marcharse, o esta vida que apenas retengo por los pelos, me abandonará como si fuera un perro pulgoso. ¿Cuál es mi destino? Cualquiera, quizá me iré al trópico o a una isla del Mediterráneo. Quizá me interne en África y allí me pierda. Cualquier sitio es bueno con tal de huir. El mismo infierno no creo que sea peor.

Henry Miller era un hombre muy singular, inteligente, caótico, destructivo y autodestructivo, cínico, obsesivo e irracional. Muchos de estos calificativos podrían ser negativos en cualquier persona pero en Miller conformaban una personalidad diferente, atrayente y aborrecible a partes iguales. Tuvo miles de trabajo: profesor de piano, sepulturero, vendedor de enciclopedias, jefe de personal de la Western Union, peón de rancho... todos ellos realizados sin ninguna vocación y con un único objetivo: obtener dinero para vivir una vida bohemia y caradura que se le debía, según creía él mismo, por derecho propio.
Dos ciudades, como los dos Trópicos, marcaron su vida: Nueva York y París, como un doble binomio, odio y amor, un hogar aborrecido y un paraíso adorado. Trópico de Cáncer (1934) está dedicado a París. No cualquier París, sino esa ciudad objeto de fascinación de la colonia de escritores e intelectuales que el destino reunió allí. El París de los 30, que descubrió con su esposa June y que era un país de las maravillas poblado por animales tan exóticos como Anaïs Nin, Lawrence Durrell, Ernest Hemingway o Tristan Tzara. Trópico de Capricornio (1939) se sitúa en Nueva York durante los años 20. El joven Miller, pasando de un trabajo a otro, de una fiesta a otra y de una mujer a otra, ve como su vida también se transforma, amamantada por su propio veneno. No son libros típicamente autobiográficos, sino un vómito de pensamientos arrojados sin el menor filtro, escritos desde el instinto, desde el puro subconsciente, caóticos e inmorales pero tremendamente clarificadores, honestos y reales. Algo de lo que todo tenemos dentro y no nos atrevemos ni siquiera a pensar, pero que existe. Eso que nos da miedo reconocer y que nos afanamos por ocultar de cualquier mirada exterior. Algo, que si somos sinceros, reconoceremos y que corta cualquier racionalidad e inocencia como la línea de los trópicos corta la Tierra.

Imagen: Portada de Trópico de Capricornio (Panther Books, 1964)

23 comentarios:

Joaquín Campos dijo...

CREO QUE SOY LA UNICA PERSONA DEL MUNDO MUNDIAL QUE NO HA LEIDO EL BINOMIO DE LOS TROPICOS.
PROMETO ENMIENDA, LOS LEERE A LA PRIMERA OPORTUNIDAD,¿CUAL LEO PRIMERO?
SALUDOS...

Anónimo dijo...

Pues ya somos dos Groucho... pero lo haré, sin duda.

CRISTINA dijo...

Hacedlo...lo de leer a Henry Miller, digo. Hacedlo que váis a flipar mucho.

Francisco Méndez S. dijo...

Hace algunos años leí los dos Trópicos, me gustaron mucho. Los fuí a buscar para releerlos y recordarlos. Pero han desaparecido, los presté y no recuerdo a quién. Por eso no presto libros que me han gustado. Los guardo para releerlos. Los otros si los presto.

Saludos

pon dijo...

Leí Trópico de Capricornio hace mucho, y me impactó tanto que el de Cáncer se quedó esperando en la estanteria y todavía espera.

dvd dijo...

Ya con aquel hilo de huevo en la perilla de Boris se nos atrapa en una fatídica tela de araña; la sordidez de los cuartuchos, la gente que se vende a sí misma porque no tiene nada, la ecuación de la muerte ante la que se aparta la mirada. Miller VEÍA y, para colmo, contaba lo que veía. Y no era ningún cachalote corajudo como Mailer o Updike, sino un vividor con corazón, consciente de que nadie podía ayudar a nadie, que la caridad es un plato de agua caliente que calmará tu estómago antes de caer enfermo.
Ambas obras son clásicos que se resisten a serlo, instaladas en el malditismo de su autor. Imprescindibles.

Emily dijo...

Yo los compré todos y los leí. Me encanta Henry Miller. Ahora poca gente sabe de él. Hasta me leí los Diarios de Anaís Nin.
Sus escenas de sexo fueron las primeras que leí en mi adolescencia, y eso no se olvida.

Peggy dijo...

Forma parte de los genios bohemios y perversos que viven intensamente las pasiones y la vida ...se les califica de autodestruccion por los que somos mediocres mortales que rozamos la envidia por unas experiencias tan singulares ...por eso me gusta leerlos , ver sus pinturas ...y beber aunque sea como espectador de la energía que irradian ....

Capri c'est fini dijo...

*Groucho, si fueras la única persona que se no se lo ha leído, el mundo sería el paraíso lector y no lo es. Yo me leí primero el de Cáncer (fue escrito primero pero es sobre los años 30), pero pues leerlo perfectamente como prefieras porque son totalmente independientes. Un abrazo.

*Lúcida, son 2 buenas recomendaciones, un poco crudas pero que tienen algunas frases de tirarte de espalda. Un beso.

*Cristina, ¿verdad? Cuando pille por primera vez el de Cáncer, lo flipe mucho, mucho... Besos.

*Ulysses, esa es una vieja historia tan antigua como la de la imprenta. Yo NO presto libros, me considerarán un mamón pero procuro no hacerlo. Luego ocurre lo que ocurre y te dice: pero si sólo era un libro.... Un abrazo.

*Pon, pues te aconsejo que no lo dejes, porque el de Cáncer es aún mejor (en mi opinión). Un beso.

*DVD, malditas o no (ese concepto me parece más estético que de calidad) los Trópicos son estupendos y encierran un mundo ya inexistente y que se debatía entre los placeres de la vida y el hambre infernal. Bueno, que me gustan mucho, no lo puedo evitar. Un abrazo.

*Emily, a mí me pasó al contrario Anaïs Nin me llevó a Henry Miller y me gustan los dos por igual. Tienen ese algo enigmático que siempre me atrae en mis libros favoritos. Un beso.

*Peggy, el Miller de Trópico de Cáncer es más envidiable que el de Capricornio, pero aún así se reconoce las ganas de comerse el mundo a pesar de no tener más que tus propios pensamientos y los bolsillos vacíos... Un beso.

Javier dijo...

Existen lecturas que son de obligado cumplimiento, casi como un deber sagrado.

Por otra parte "Money makes the world go around".

Merche Pallarés dijo...

Leí los dos Trópicos en mi tierna juventud. Me chocaron efectivamente por su crudeza y desgarro pero como tu dices reflejaba muy bien nuestro lado oscuro que pocos admitimos. Besotes, M.

Sintagma in Blue dijo...

Fue toda una revolución.

nomolamos dijo...

no habia oido nunca sobre esos libros, los buscaré, has incitado a mi curiosidad,
un beso cariño

Anónimo dijo...

Oye, Capri me parece extraordinario que menciones los tropicos, pues en estos dias vi la pelicula "Henry y June." No sera que me estas "jaqueando"? ;)

A ver quien da el mate...

princesadehojalata dijo...

Anda! la peli Henry y June va sobre ellos! no me había enterado...leí el de Cáncer el año pasado, me gustó sobre todo la forma de escribir, más allá de las anécdotas del libro (para eso me quedo con "Vida de Manolo" sobre el escultor Manolo Hugué, que no tiene desperdicio)
Besos!

Capri c'est fini dijo...

*Pe-jota, estas son lecturas muy interesantes, pero no me atrevería a obligar a nadie a leerlas. Qué razón tenía Liza cuando cantaba esa canción... Abrazos.

*Merche, es curioso, pero creo que es la lectura menos indicada para la juventud. Me explico, este tipo de lectura pueden perderte totalmente para seguir leyendo si se hacen a una edad no adecuada. Es como leerse el Quijote en el instituto... acabas odiándolo. Besos.

*Sintagma, la forma de pensar y escribir de Miller era en sí una revolución (sexual, al menos). Un beso.

*Nomolamos, pues son libros muy interesantes, diferentes, sin duda, pero cargaditos de originalidad. Besos.

*Anónimo, pues no te estoy jakeando, válgame que yo pueda hacer algo tan complicado... debe ser una red de casualidades o que me estoy volviendo telépata (que no psicópata). Un saludo.

*Princesa, sí, Henry & June son Henry y June Miller y la peli cuenta su amistad tumultuosa con Anaïs Nin. No esta mal esa peli, verdad? la vi hace mucho tiempo... En los Trópicos de Miller hay 2 cosas que llaman bastante la atención la forma de escribir y los temas que maneja (totalmente novedosos cuando se escribieron). Me apunto tu recomendación. Besos.

இலை Bohemia இலை dijo...

Hola...vengo a darte las gracias por las palabritas que me dejaste por lo de mi lorito Salvatore...Tengo cinco agapornis más, todas hembritas...Muchos saluditos a Pía...recuerda ponerle mucho calcio que si te ha puesto huevos es muy importante que tenga su aporte de calcio...

Abrazos y nos leemos!

panterablanca dijo...

Gracias por hacerme un homenaje. Lo digo por Henry Miller, por Panther Books, jajajajajajja!!! ES broma. Lo que no lo es, es que Henry Miller es uno de mis escritores favoritos. A mí me gusta más Trópico de Cáncer, pero los dos son muy buenos.
Besos salvajes.

Merche Pallarés dijo...

Bueno cuando digo "tierna juventud" me refiero a los 19/20 años... Aunque a los 14 sí que leí "Lady Chatterley's Lover", "Fanny Hill" y el "Kama Sutra" porque quería saber de qué iba el sexo... Besotes, M.

Juan Duque Oliva dijo...

No veas las ganas que me han entrado de ller algo de Miller, reconozco que todavía no lo he hecho y ya va siendo hora.

Genial la entrada, como siempre.

Capri c'est fini dijo...

*Bohemia, muchas gracias por la visita. Tus saludos ya los tiene Pía con ella y sus huevos. Muchos besos.

*Pantera, siempre estoy haciendo homenajes inconscientes, me encanta... si tengo que elegir uno de los dos Trópicos, yo también me quedo con el de Cáncer. Besos tropicales.

*Merche, he leído el comentario que te he hecho y me retracto. Parezco un moralista y eso no me gusta. Yo también tenía unos 20 cuando leí Trópico de Cáncer y me gustó mucho. Además no he manifestado ninguna aversión ni a la literatura ni al sexo. Nunca me ha gustado la censura y menos para los chavales de 14 ó 15 que son suficientemente maduros como para enfrentarse a libros así, si ellos quieren. Besos.

*Luz, pues te lo recomiendo encarecidamente. Es toda una experiencia... Un saludo.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

Una novela recomendable que hay leer. Un autor que hay que conocer.

Capri c'est fini dijo...

*Pedro, suscribo tus palabras... Saludos.