martes, 17 de mayo de 2011

Madame Mao

Yo era el perro enojado de Mao. A quien él dijese que había que morder, yo le mordía.

Jiang Qing

Madame Mao

La noche antes del juicio pensó en Mao. Sabía que el día siguiente iba a ser muy duro. Conocía el sistema mejor que nadie. Retransmitirían el juicio a toda la nación para que la humillación fuese mayor y el castigo asustara a todo el pueblo. Así sabrían de lo que es capaz la Gran República Popular. ¿Contrarrevolucionaria? Aún no lo podía creer. Ella había sido alabada como madre de la Revolución Cultural, el apoyo de Mao, la cara visible de las mujeres chinas. Hoy, sin embargo, todo ha cambiado. La nueva China que diseñamos no se parecía a ésta. El comunismo ya no lucía en los carteles exhortando a los ciudadanos. Ahora sólo se usa cínicamente el retrato oficial de Mao, cuando todos sus sucesores han traicionado su espíritu. Pensó en el aburguesamiento de los actuales líderes, en el ansia de poder, en los años dorados, pero nada de eso podía salvarla ya. No se decidía en si defenderse fieramente o adoptar un profundo silencio, resignándose a un castigo ya dictado de antemano. La Revolución Cultural había fracasado, el Gran Salto Adelante se había convertido en un nuevo paso atrás. Ahora su vida no valía nada. Estaba preparada.

Jiang Qing fue la cuarta y última esposa de Mao Zedong. Encarnó el ideal de mujer maoísta y fue líder e ideóloga de la Revolución Cultural China. Era la compañera perfecta y la camarada leal. A la muerte del Gran Timonel, sirvió de chivo expiatorio por el ala más reformista del Partido Comunista Chino, que en ese momento ascendió al poder. Después de décadas de culto a la persona de Mao era imposible revertir sus consecuencias y se detuvo, encarceló y enjuició a sus más fieles colaboradores. Se les llamó la Banda de los Cuatro y Jiang Qing estaba entre ellos. Como forma de escarmiento público, el juicio, con cargos de intento de golpe de estado y de contrarrevolución, se retransmitió en la televisión pública. Madame Mao, como en Occidente se la denominaba despectivamente, se mantuvo impertérrita ante las acusaciones y decidió defenderse a sí misma en un juicio que ya estaba decidido de antemano. Fue condenada a muerte, por supuesto, aunque su pena se conmutó por cadena perpetua, como signo de la misericordia de la República Popular. Murió el 14 de mayo de 1991, hace ahora veinte años. El régimen informó de su suicidio, un final supuestamente expiatorio para una mujer que construyó la faceta más renovadora (y a la vez sangrienta y censora) de la China comunista. Vivió las dos caras del poder en su persona y pagó su osadía.

Ayer se cumplió el 45 aniversario del inicio de la Revolución Cultural China. Cuando me sumerjo en la Historia, siempre termino llegando a la conclusión que los grandes acontecimientos siempre traen aparejadas pequeñas historias personales como ésta, que tienen el mismo interés, al menos,  que las más grandes hazañas y las más terribles desgracias.

6 comentarios:

Merche Pallarés dijo...

Recuerdo muy bien ese juicio a "la banda de los cuatro". Una prueba más que aunque uno llegue a lo más alto, la caida puede ser estrepitosa. Besotes, M.

Capri c'est fini dijo...

*Merche, sí, es una historia curiosa, puede ser paralela a la de María Antonieta y los revolucionarios franceses, con casi dos siglos de diferencia. Las luchas de poder, y más en estados autoritarios como el chino, parece que se resuelven así... Besos.

Uno dijo...

Había olvidado todo aquello de la banda de los cuatro y desde luego que uno de ellos era esta señora.
Las dictaduras es lo que tienen.

Muy interesante.
Un abrazo

Javier dijo...

Las revoluciones acaban devorando a sus hijos, y al fin de cuentas el autoritarismo sigue siendo el mismo, aunque ahora consumen más.

Me acuerdo perfectamente de ese juicio.

Capri c'est fini dijo...

*Uno, es una historia interesante, como se puede estar en lo más alto y en lo más bajo de un régimen, llevado por las intrigas de poder... Aunque no sólo pasa en las dictaduras. Un abrazo.

*Pe-jota, lo extraordinario de China es que ha pasado de un régimen a otro sin cambiar de cara y el mundo se ha quedado exactamente igual. Pobre Madame Mao en el fondo... Un abrazo.

Anónimo dijo...

HONOR Y GLORIA A LOS CAMARADAS QUE LUCHAN POR QUE PUEBLO SE LIBERE DE SUS OPRESORES
EL GRAN APORTE Y PUESTA A LA PRACTICA DE LA REVOLUCION CULTURAL SIRVIO ,Y NOS HIZO VER QUE LA LLEGADA AL PODER DEL PUEBLO BAJO DIRECCION DEL PARTIDO NO SIGNIFICA QUE TODOS TINEN LOS MISMOS NOBLES IDEALES Y COMO NOS DAMOS CUENTAS DE AQUELLOS ELEMENTOS ATRAVES DE QUE TODA SU TEORIA SE VUELVA A LA PRACTICA Y ESO SE VE EN LA REVOLUCION CULTURAL ES POR ELLO QUE HAY SALIERON A FLOTE SUS TENDENCIAS CAPITALISTAS HAY ESTA PUES LIN PIAO ,TENG XIAO PING , PERO DE TODAS MANERAS A PESAR DE LAS REVOLUCIONES CULTURALES SEGUIAN LOS CAMUFLADOS HAY ESTA HUA KUO FENG .LI YENG ... Y OTROS QUE NO SUPIERON DEFENDER AL PUEBLO Y LOS NOBLES PENSAMIENTOS DEL PRESIDENTE MAO TSE TUNG