Sólo vi a esa mujer dos veces en mi vida. Pero apenas eso me bastó para hacerme una idea de su vida y sus desvelos, de sus retos. Era alta y espigada, con facciones marcadas pero armónicas, que le conferían un aire de gran señora. Tenía las manos quizá demasiado grandes para una mujer. Lucía en una de ellas una solitaria alianza de matrimonio. Era el único adorno que portaba. Vestía sobria pero elegantemente. Tenía ademanes educados. Era discreta. La primera vez que la vi, yo trabajaba de ayudante de producción en una película. Fue uno de mis primeros trabajos en el cine aunque tanto éste como la película pasaron sin pena ni gloria. Me la presentaron en los primeros días del rodaje. Ella era la madre de la estrella infantil del momento, que protagonizaba la película. Aunque pequeña, la actriz tenía más experiencia que la mayoría del equipo. La madre siempre observaba todo en un segundo plano. En cada escena, se apartaba unos pasos y atenta, seguía cada gesto de su hija. Asentía o negaba con la cabeza según le parecía la actuación y en silencio repasaba algunas frases del guión. Cuando la pequeña terminaba, la apartaba en un rincón, acercaba su cara a la de su hija y le daba indicaciones. Su hija la miraba con expresión cansada y ella le reprendía. No sé que es lo que le decía, todo esto lo veía de reojo, inmerso en la marabunta de trabajo. Había dureza en sus ojos.
La segunda vez que la vi habían pasado unos años, la niña prodigio se convirtió en joven promesa del cine y recibió su primer premio. Yo estaba en el público de un auditorio volcado con ella. Cuando salió a agradecerlo, busqué entre las butacas a su madre. Allí estaba, aplaudiendo parcamente. La chica hizo el típico discurso, gracias a los que confiaron en mí, a los que le habían concedido el premio y al público en general. Hizo una pausa y dedicó especialmente el premio a su madre, sin la cual nada de esto hubiera ocurrido. La madre sonrió satisfecha. Éste, justo éste era su momento ansiado. Se le humedecieron los ojos. Su reto se había cumplido. Todo había merecido la pena. Cuando su hija volvió a su lado, la besó en la mejilla y le comentó algo. Tampoco sé que es lo que le dijo. Supongo que en aquel preciso instante ideó una meta mayor. Esa vez, como en la anterior, sus ojos se volvieron duros y fríos, implacables.
25 comentarios:
El premio es de la madre,..., lo que puede la ambición.
Olá!
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Obrigada e grande beijo.
que miedo de madre... dios o el diablo me libre...uufff
uff! qué peligro estas madres posiblemente frustradas que intentan vivir sus aspiraciones a través del éxito dirigido de sus hijos.Flaco favor le hace a esa criatura que cuando tenga uso de razón no dudará en recriminarle haber sido objeto de su fría manipulación.
bss
Estremecedora historia. La de madres y padres fracasados en ambición que conculcan a sus hijos. En Andalucía tenemos muchos ejemplos en la mal llamada "la nuestra". No sé por qué pero me ha recordado la historia de esa niña a "¿Qué fue de Baby Jane?".
Un saludo.
Jujuju... qué miedo tener una madre así.
Besos selváticos.
Vidas vividas a través de los hijos, sueños inconfesables a los que se arrastra a los retoños, aveces salen bien, otras, por desgracia, tienen consecuencias deplorables.
Terrorífico, coincido con el resto de comentarios.
Sabes, me recordó una escena que viví hace un tiempo, fui a acompañar al futbol a uno de mis sobrinos, un partido de alevines, y había un energúmeno dando voces, insultando al chaval que ejercía de árbitro y lanzando improperios y burradas, cual fue mi sorpresa cuando descubrí que era el padre de uno de los niños.
Lamentablemente, para ser padre no se exigen pruebas de aptitud, cualquier descerebrado puede serlo y son los niños los que sufren las consecuencias, triste, muy triste.
Un beso
sip, el fútbol tb vale.
yo me he acordado de anna magnani en Bellisima.
hoy voy a ser yo el positivo: y si la niña tb deseaba ser "artista"... no hay problema si estás de acuerdo con lo heredado, el problema es cuando esas aspiraciones no son tuyas, sino las de tu madre o tu padre... o las del hermano muerto, que conozco un caso, y es terrrrible.
si la niña no hubiera triunfado -osea casi siempre-, habría culpado a la madre también.
nos dan todo, pero tb nos quitan posibilidades de ser cualquier otra cosa... me explico?
mucho peor sería ser el hijo de la pantoja o de ana obregón.
un abrazo.
Yo me he acordado, como Senses, de Bellísima.. aunque Anna Magnani no era mala en la película de Visconti.. ella quería lo mejor para su hija, de una manera animal.. y no era capaz de discernir que no era quizás lo más oportuno para ella..
También tenemos reciente Little Miss Sunshine, con la familia friqui y la pobre niña presentándose a esos horribles concursos.. pero qué final más bueno tiene la película.
Imagino que tiene que ser muy difícil educar a un hijo/a.. yo no soy padre, pero quisiera pensar que no caería en esos vicios de volcar en ellos mis obsesiones.. aunque es verdad que muchas veces esas actitudes suceden por puro amor a los hijos.
Un abrazo
Qué buena "Little Miss Sunshine" que nombra Justo. Cómo se ríen de todos los concursos y de todas las aspiraciones de los padres a través de los hijos.
No he visto la de la Magnani. Será cuestión de buscarla.
Besos.
*M. Eugenia, indiscutiblemente el premio era de la madre, o estoy seguro que al menos ella lo tomó como suyo. La ambición puede ser el motor para cometer las peores injusticias. Un beso.
*Hola Kinha, muito obrigado. Ya me he pasado por tu blog y he votado a tu favor. Espero que tengas suerte. Beijos.
*Calamarin, una madre así es una desgracia, porque aunque tengas una meta común con ella y consigas finalmente el éxito, siempre se atribuirá el mérito, convirtiendo a su hijo en un mero pelele. Un abrazo.
*Troyana, no he ahondado en los motivos que llevan a la madre a hacer lo que hace, porque merecen en si una entrada entera y no me quería extender. Puede que haya frustración, o ambición desmedida o afan de protagonismo... e incluso visión comercial. En cualquier caso, mucha manipulación para amaestrar a un hijo a tu imagen, semejanza y deseo. Besos.
*Arguifonte, haz dado con uno de los temas que peor llevo... los niños monstruitos de Canal Sur, tanto los copleros, como los sabiohondos, como los aspirantes a actores... No quiero profundizar en lo que pienso de "La nuestra" aunque lo puedo resumir en una simple palabra: Vergüenza. Por otro lado, ¿Qué fue de Baby Jane? es uno de los referentes importantísimo en el tema de los juguetes rotos y los actores infantiles... esas caras de Bette Davis y Joan Crawford son inconmensurables. Un abrazo.
*Jajaja Pantera, sí, no se la deseo a nadie, pero haberlas hailas... y muchas. Besos.
*Pe-jota, es que la diferencia entre fomentar en tus hijos la creatividad y el trabajo y la manipulación sórdida y el robo de la infancia es muchas veces muy delgada en la mayoría de los casos. Se supone que esta historia acaba más o menos bien pero el final puede ser terrible. Un abrazo.
(continúa)
*Vivian, buen ejemplo, perfectamente puede sustituirse por un padre frustrado por un futuro en el fútbol. Además el ejemplo es claro, porque ya parece que el fútbol ha dejado de ser un deporte para divertise practicándolo par convertirse en una profesión lucrativa. No hay carné de padre, porque muchos lo suspenderíamos... pero también es cierto que hay muchos hijos que no están hechos para los padres que tienen. Un beso.
*Senses, pobre Bellissima, gracias por acordarte, pero sinceramente no llego ni a la suela de los zapatos de esa película. En cualquier caso, la idea es interesante. Creo que incluso si la hija ha heredado afición y gusto a la profesión que su madre ha querido, pueden existir problemas... porque finalmente se le roba una infancia de juegos y despreocupaciones para hacer una vida de adulto. Eso quiera la hija o no quiera es injusto y finalmente se paga. ¿Estoy en contra de los niños actores? No, cuando no son profesionalizados. Otro tema es tener una madre/padre que te eclipse (o que sea una vergüenza como la Obregón). Luchar contra un ego así es muy difícil y termina rompiendo la relación con tu madre/padre. Esto me recuerda a Queridísima madre, escrito por la hija de Joan Crawford. Todo un drama. Un abrazo.
*Es cierto, Justo, pobre Magnani y su bellísima hija... ella no podía hacerlo mejor. Como dices, líbrame del "puro amor" de un padre, porque normalmente ningún padre de esto reconocen que lo hacen mal y todo lo hacen por el bien de sus hijos. Y en cuanto a Little Miss Sunshine, esos sí que lo hacían bien, si a la niña le hacía ilusión pues se le apoya y si fracasa se la apoya más aún... Todo un tratado de pedagogía. Un abrazo.
*Cristina, bueno, es que los concursos de belleza infantil sólo podía existir en Estados Unidos... me parecen lo peor de lo peor, incluso peor que sus hermanos adultos. Está claro que ahí había un filón para reírse. Un beso.
¿Por qué ese afán de quitarles la infancia a los niños?. Vivamos la vida. Vivamos la vida no a través de nuestros hijos, no les robemos sus sueños.
Saludos
Me ha recordado a Marisol... Hay madres que tienen una ambición desbordada aunque luego las hijas se liberen del yugo como lo hizo Pepa Flores. Estupendo relato como siempre, querido Capri. Muchos besotes, M.
*Ulysses, ¿por qué? eso digo yo, pero es una realidad. Hay gente que no tiene sueños y tiene que robarlos o tienen sueños que no han podido cumplir por las circunstancias de la vida. Y desgraciadamente son los hijos los que pagan esta frustración siempre escondida bajo el buen motivo del bien ajeno. Un abrazo.
*Merche, si seguimos el símil marisolero, ¿cuánto tiempo le costó deshacerse a la pobre de ese yugo? Pues casi toda su vida, más intentos de suicidios, más otras desgracias... No se puede hacer trabajar a los niños, al menos no profesionalmente. Es una carga muy pesada para ellos. Un beso y gracias por tus siempre cariñosas palabras.
*Geanina, bienvenida a Capri. Gracias por tus palabras, procuro conjugar las imágenes con el texto para que el resultado sea lo mejor posible. Entraré sin duda en tu blog. Un beso.
Me pasa como a senses, tu texto me ha traído a la cabeza la "Bellisima" de Visconti...
*Desconvencida, está claro que Bellísima es uno de los mejores retrato de las madres de artistas que se ha hecho. Ojalá estas palabras se parecieran en algo.
Un beso.
El poder de una madre es inconmensurable... algunas dan miedo.
Un retrato agudo el tuyo. Agudo e incisivo. [También se me ha puesto la piel de gallina... vaya mañanita de escalofríos, rey.]
Un beso.
Estupendo relato.
Añado para desdramatizar el tema "madre de la Pantoja" el personaje de Chus Lampreave como madre de modelo que hablaba siempre en plural de su carrera("tenemos un casting...") en no me acuerdo qué peli de Almodovar.
qué mala la Crawford! (me gustó muchísimo faye dunaway en la peli). es verdad, Little Miss Sunshine sería el reverso de estas peligrosas mamasdelartista
ah, y entraste donde Geanina Codita, eh... ni me atreví.
un abrazo.
*Madame, yo también lo creo, el poder de una madre te persigue de por vida, incluso cuando muere. Por eso si la madre lo usa de manera egoista o en su único beneficio puede destrozar la vida del hijo/a. Ay, voy a tener que cortarme, me preocupa tu crisis de escalofríos... Besos.
*M. Olano, bienvenido a Capri. Bueno, has dado con el mayor ejemplo de madre de la artista de este país... aunque si te digo la verdad, la de la Pantoja es más madre acompañante que cree en las infinitas posibilidades de su hija, vamos, igual que la hija. Tampoco me acuerdo que peli era, pero es que Chus está tan bien en todos los papelitos de Almodóvar. Mi preferida la abuela de ¿Qué hice yo...? y la madre de La flor de mi secreto. Saludos.
*Bueno, lo último que he leído es que ya nadie se cree lo que contó la hija de la Crawford, dicen que fue todo mentira para vengarse contra su madre... Quien sabe... Y Faye estaba muy bien caracterizada en la película, pero exageraba... curiosamente ha quedado como ejemplo de peli de culto, de esas malas que da vergüenza reconocer que nos gustan, jajajaj...
Y claro que entré donde Geanina, la curiosidad siempre me puede y entro donde en todos los sitios, pero claro un blog en rumano, pues no es lo mío.
Saludos.
¡ay que madre mas "freak"!!!!. a mi me gustan mas en su papel de hacerte que comas y estudies y te portes bien. Me recuerda a la madre de Nawja Nimri en 'Salto al vacío', una egoista total con sus objetivos muy claros. Enhorabuena, buen relato!
Saludos
*Bela, bienvenida a Capri. Me alegro de que te haya gustado el relato aunque te haya puesto los vellos de punta una madre como ésta. No me extraña!! A mí también, lo bueno es una madre como la que dices, gallinita, que hace de comer y cuida a sus polluelos. Un beso y espero verte pronto por aquí.
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