martes, 25 de marzo de 2008

La mujer del César

Augusto gobernaba el mundo, pero Livia gobernaba a Augusto.


Livia, Mesalina, Agripina, Popea, Cesonia, Octavia, Atia, Calpurnia... grandes nombres, hoy vacíos de contenido, mujeres que existieron en una época y de las que sólo quedan los retratos imperiales normalmente idealizados que guardan los museos. Los textos las describen como personificaciones del ideal de la madre Roma: la matrona fuerte, valiente, modesta, ingeniosa, piadosa, fértil y casta. Salvo que cayeran en desgracia, entonces se las consideraban como mujeres intrigantes, promiscuas, frívolas y ambiciosas. En realidad no sabremos nunca como eran, si honradas esposas o malévolas víboras. Como casi todos los personajes de la Historia, su verdadero ser se pierde por el camino y sólo llega hasta nuestros días la imagen deformada.

El cine y la literatura cuando recrean el mundo antiguo optan por la deformación y se ceban especialmente en estas mujeres que acompañan al héroe militar o al gran político. Casi nunca son las protagonistas, como no lo fueron de la Historia, pero son los elementos fundamentales para componer una época decadente y atractiva. Es un mayor aliciente plasmarlas como sibilinas mujeres que movían en la sombra los destinos del Imperio. Así están en todas las intrigas palaciegas, los banquetes envenenados, los susurros cómplices de obras como Yo, Claudio (Robert Graves, 1934, novela y Herbert Wise, 1976, serie de TV), Calígula (Tinto Brass y Bob Guccione, 1977) o la más actual Roma (2005-2007, serie de TV).

Acabo de ver esta última, que me ha gustado mucho, ahonda en las ya contadas conjuras romanas, con una República desintegrándose con muchos candidatos para aprovechar los pedazos. Dejo un vídeo de una escena previa a la coronación de César Augusto donde Atia (Polly Walker), su madre y Livia (Alice Henley), su esposa, se odian mucho, mucho.

15 comentarios:

Anónimo dijo...

Me encanta Roma. Siempre veo y leo todo lo relacionado con esta civilización tan esplendorosa. Un abrazo.

senses and nonsenses dijo...

no he podido ver Roma completa, auqnue esta semana santa lo he intentado. tendré que alquilarla y verla completa.
yo, claudio me encantó. una de las grandes series británicas de siempre.
la novela de graves no la he leído.

un abrazo.

Capri c'est fini dijo...

*Bienvenido al blog, fernando. Espero que te haya gustado la entrada, vuelve cuando quieras.

*La segunda temporada de Roma está genial, te la recomiendo mucho. La novela de Graves es buenísima, uno de los libros que más me ha gustado últimamente.

Javier dijo...

Lo que no me ha gustado nada es el retrato que hacen de Atia, no se parece en nada a la realidad del personaje, ya que Atia fue una virtuosa mujer romana, ejemplo de virtudes de la autentica matrona, sin nada que ver con la intrigante en que la han convertido, y si hubo un nexo con Marco Antonio fue la boda de este con Octavia. A veces hacen que la historia se ciña a las exigencias del guión, y eso no puede ser.

Sibyla dijo...

Creo que no hay que viajar hasta los tiempos de Roma para encontrar celos y rivalidad entre suegras y nueras...

Capri, he leído tu primera entrada y ahora entiendo el porqué del nombre de tu blog, siempre que veía un comentario tuyo, al leer tu nombre, ya estaba tatareando la canción, que recuerdo de mi infancia, y cuando he visto y escuchado el vídeo, qué morriña me ha dado!

He leído también la entrada sobre M.D y su joven amante, sabía de esa relación pero no con tantos detalles, pienso que él joven se llenó tanto de Marguerite, se hizo tan dependiente de ella en todos los sentidos, que cuando le faltó estaba totalmente perdido y desorientado. Menos mal que lo pudo superar y no recurrió al suicidio, como le pasó a la última mujer de Picasso, Jacqueline.

Al final ví la exposición de Modigliani, una gozada, pues también habían cuadros de P.Cézzane.

Bueno majete me despido, un abrazo desde el Sur:)

Capri c'est fini dijo...

*Pe-jota: es un poco lo que decía en la entrada, sabe Dios como era Atia en realidad, tan buena con se supone o tan mala como en Roma. Supongo que un término medio. Es en ese papel donde se ve que necesitaba a una mala para dar gracia a algunas tramas.

*Gracias por tu comentario, Sybila, me alegro de que te gustara la exposición de Modigliani y de que te guste la canción que da nombre a mi blog. Al menos te saco una sonrisa cada vez que ves mi firma por ahí. Un beso desde el sur hacia el sur...

la rata bastarda dijo...

fui a Roma el verano pasado,y, aunque se de gente que fue y le decepcionó...a mi me pasó todo lo contrario....
Todavia recuerdo como,a 35 grados a la sombra se me puso la carne de gallina al ver por primera vez la Fontana Di Trevi....
AAAAyyyy,qué recuerdos.....
Ciao bello
;)

Capri c'est fini dijo...

Pero ¿a quién puede decepcionar Roma? Entiendo lo que dices, yo bajo el Baldaquino de San Pedro me sentí el hombre más pequeño del mundo y viendo el Panteón ni me daba cuenta del chaparrón que me estaba cayendo y yo sin paraguas. Ciao bellissima!!!

desconvencida dijo...

No he visto la segunda temporada de Roma, pero disfruté mucho de la primera, casi tanto como con "Yo,Claudio" y su continuación "Claudio el dios y su esposa Mesalina", ambos tienen de lo mejor de la novela histórica, literalmente enganchan...

Capri c'est fini dijo...

Desconvencida: Pues la segunda está a la altura de la primera, a mí me gustó mucho. Yo, Claudio es una excelente novela, qué locos están estos romanos!!!!

Madame X dijo...

Me apuesto a que el guión lo ha escrito un hombre. Y la historia también la han escrito los hombres, al menos esa que está al alcance de la mayoría... Pero a medida que las mujeres nos incorporamos a los campos de la investigación, se empiezan a clarificar algunas cosas. Entre ellas, el verdadero papel que ejercimos en la Antigüedad.

Es curioso cómo cuando una mujer muestra sus ambiciones, es calificada de intrigante y pérfida. En cambio, esa cualidad en un hombre, le convierte en astuto y merecedor de reconocimientos, cuando no en héroe.

Por cierto, ya que habéis mencionado Roma… uhmmm,.. no puedo menos que afirmar que adoro Roma. No veo el momento de volver. Pocas ciudades me han apasionado tanto. Claro que me quedan muchas por conocer.

X

Capri c'est fini dijo...

*Madame: Totalmente de acuerdo, el papel de la mujer en la Historia siempre ha quedado desfigurado. Me sorprenden las grandes mujeres de la Historia que fueron gobernantes en épocas en que las que mujer valía menos que nada. Siempre se ha representado la ambición masculina diferente a la femenina, son los efectos del machismo. Y en cuanto a Roma... estoy contigo, soy un apasionado de Roma, me parece soberbia, caótica y sorprendente... preciosa

Eduardo dijo...

Yo ya la he visto completa, y me decepciona saber que no habrá una tercera temporada. Creo que ha sido una serie que ha enseñado mucho sobre la caída de la república y el aparecimiento del principado. Por otro lado, también me parece que hace demasiadas suposiciones no corroboradas o basadas en la propaganda de la época. Por ejemplo, la actitud cobarde de Cicerón, que era sin duda un gran político, era posible, pero nadie lo sabe con la certidumbre necesaria. Igualmente, el retrato de António en la segunda série, en la época de Cleopatra, es un poco naif, y basado en Virgilio u Horacio, que , concordaremos, no son lo más fiable en lo que a verosimilitud se refiere, sabiendo que estaban a sueldo de Mecenas, y éste a sueldo del própio Octávio, siendo su Goebbels particular.
En fin, es el único problema que le veo a la série, igual que a gran parte de la historiografía (aunque ésta con más pecado), en que cuando se aperciben de que no hay nada más que aportar a un personaje, se empiezan a inventar cosas, cuanto más sórdidas, mejor. En el caso de António, su tendencia megalómana, que la tenía, imagino, como todos los caciques de la Urbe, sin duda se vió ensalzada en el orientalismo ptolemaico. Y un hombre que se proclamaba encarnación de apolo, e incluso rex aegiptii, pues fue su debacle. Pero de aí a ser considerado una especie de bestia lujuriosa, va un trecho. Y en todo caso, sus costumbres morales no distaban mucho de las de Octavio y otros. Sólo fue víctima, como la España del siglo XVII, de una leyenda negra.

Capri c'est fini dijo...

Como todas las adaptaciones se tiende a exagerar para dar detalles más morboso (como en el caso de Marco Antonio en Roma). Es difícil ser objetivo cuando tienes que lidiar con textos parciales, historiografía interesada... de ahí mi reflexión sobre que poco conocemos de los personajes antiguos (en este caso las mujeres romanas). Un saludo, Edu.

Eduardo dijo...

Hombre, no creo que esté nadie muy interesado en hablar mal de Marco Antonio a estas alturas:D
Yo creo que algunos historiadores están más bien aburridos.