sábado, 12 de abril de 2008

Libros de ocasión

El hallazgo afortunado de un buen libro puede cambiar el destino de un alma.


Me encantan las librerías y las bibliotecas, debe ser por mi "fetichismo" a los libros. Me parecen lugares preciosos y allí donde hay un grupo de libros, no puedo dejar de echar un ojo, me pasa siempre. Creo que nunca podré ser fiel a los libros electrónicos, por más que sea impresionante su capacidad y que entre toda una biblioteca en la palma de una mano. Esta semana he visitado, como hago alguna que otra vez, un gran sitio. En su rótulo, se lee Oportunidades en libros. Libros viejos y de ocasión. Y allí se encuentra de todo. La librería huele a libro viejo, está claro, si los remueves mucho incluso se levanta polvo. Es el polvo de la espera de los libros. Éstos se encuentran colocados en estanterías hasta el techo, pero siempre hay desorden: los libros que se venden, los que llegan nuevos, los que han sido movidos por algún bibliófilo compulsivo... En las esquinas hay pilas y pilas de libros desparejados, sin que tengan nada que ver uno con respecto del que está abajo de él. Son los libros en busca de su orden "desordenado". Los best-sellers de años e incluso décadas anteriores, se encuentran en mostradores para la fácil búsqueda del comprador ocasional. Cada vez que voy allí, escucho la misma conversación: ¿Tenéis libros de Pérez-Reverte? y la librera, con dejadez, señala dicho mostrador. Hay libros que llevan allí años y que, salvo un milagro, nunca saldrán de allí. Libros de estilo de Vademecum 1995 o Recopilación de ex-libris de la Biblioteca Nacional (1900-1938) formarán parte del establecimiento como las estanterías o las paredes. Me gusta perderme allí de vez en cuando, remover un poco, mirar portadas y contraportadas y encontrar algo que "siempre me hubiera gustado leer". En todas mis visitas, acabo con 2 ó 3 libros que me niego a soltar porque me parecen demasiado desamparados para que se queden allí y prefiero hacerles un hueco en mi casa. Esta vez también ha pasado, no lo puedo remediar.

28 comentarios:

Javier dijo...

Ahhh!!!!!, el encanto de las librerías, las de toda la vida, ese rebuscar, esperando la sorpresa, eso no tiene precio.

Susana dijo...

esa libreria de la que hablas, me ha recordado al comienzo de un gran libro que me encanta desde que era niña, que alimentó mis ganas de soñar, de sumergirme en un mundo que aún me parece mágico y especial, "La Historia Interminable", me encantan las bibliotecas o las librerias de barrio, hace tiempo descubrí una muy bonita, con sillones mullidos, café, té y chocolate caliente, rincones muy cómodos donde sentarse acurrucado y leer, puedes comprar pero tb hay una zona solo para lectura, una música suave arropa cada rincon del lugar...besos su

Gata Vagabunda dijo...

Si alguna vez visitas Compostela, no dejes de pisar "Vetusta", una vieja librería de ocasión escondida en el casco histórico. Merece la pena por la personalidad que posee el lugar...

FASB dijo...

Y si no es mucha indiscreción ¿qué libros te has llevado?

A mí, más que las librerías, lo que me gustan son las bibliotecas, llenas de silencio y palabras.

Un beso

Anónimo dijo...

las librerías antiguas son magníficas. Uno se puede perder allí viendo libros y al final siempre te llevas algunos a casa. Un abrazo.

princesadehojalata dijo...

Y los libreros? A veces voy a una librería que está cerca de mi casa, me gusta espiar al librero, escuchar las recomendaciones que da a otros lectores. Un día recomendaba "Los girasoles ciegos" a un señor. Cuando el señor salía por la puerta con el libro en la mano le gritó: Llorarás!
Yo también tuve que comprarlo.

The Walking City dijo...

Estoy con cure of love, no puedes dejarnos así: ¿¿¿qué libros has pillado esta vez???

senses and nonsenses dijo...

estos días al ir a buscar un libro que tenía que devolver estaba leno de polvo, de mucho polvo. pensé en la dueña del libro y todo el polvo que habíamos acumulado en nuestra relación.
no sé, me hiciste recordar esto.

un abrazo.

Sibyla dijo...

Tienes mucha razón, esos libros desamparados, dan una gana de adoptarlos, confiriéndoles un honorable lugar en la estantería de casa, donde puedan encontrar el calor de ese hogar. Y que unas manos humanas los acaricien de vez en cuando al leer su contenido.

Sí las librerías, son lugares mágicos y llenos de encanto!

Besos:)

la rata bastarda dijo...

..Yo soy de las tuyas Capri...me encantan las librerias,por cierto has leido.La Sombra Del Viento? de Carlos Ruiz-Zafón...es que tu post me ha recordado mucho al protagonista,cuando iba a aquella lúgubre y escondida libreria llena de miles y miles de ejemplares....
qué maravilla!!!!

Biquiños ;)

Capri c'est fini dijo...

Como he estado algunos días ausentes, se me han acumulado los comentarios:

*Pe-jota: es cierto, no tiene precio rebuscar y rebuscar libros...

*Susana: Me alegro que te recordara a La Historia Interminable, fue mi libro de cabecera cuando era pequeño, siempre me encantó. Me gusta que te siga aportando ilusión, eso dice mucho de tí. Besos.

*Gata, apunto la recomendación para cuando vaya a Compostela, que es en sí una ciudad de ensueño.

*Cure: no esperaba menos de tí y que me preguntaras, no sabía si poner lo que compré o dejarlo en duda... pero bueno, no me gusta hacerme el interesante. Adopté:
-Los jinetes del alba de Fernández Santos
-El contexto de Leonardo Sciascia
-Elogio de la madrastra de Vargas Llosa
Ya ves, todo muy variadito. Besos.

*Fernando: a mí es que me encantan las librerías, en gral, todas y sin excepción.

*Princesa: De esta librería lo peor es la librera, porque no se entera de nada, jajaja, me hace mucha gracia. Es sosa, sosa, sosa y apenas se inmuta con nada, como si nada fuera con ella.

*Funksturm: Ansioso... jejeje, ya le he contestado a Cure, espero que todo sea de tu gusto.

*Senses: el polvo mágico de los libros que cuando lo sacudes es como si los despertara de ese sueño que tienen en la estantería. Devuelve los libros, eh???? Un abrazo.

*Sibyla: yo es que los veo así, tan solos y desamparados que prefiero llevarlos a mi casa antes de que otro le dé mala vida. Un beso.

*Rata: pues tengo La sombra del viento en mi casa pendiente a que me lo lea, todos cuentas maravillas de él. Tengo que ponerme a leerlo ya. Me alegro de que te gustara el post. Besos.

Caronte dijo...

Ojalá que nunca se pierdan esas librerías, hay pocas cosas más tristes que un librero que no sepa de literatura, como sucede hoy en ciertos sitios.

1 abrazo.

el otro amante dijo...

Fetichismo compartido el de los libros y las librerías, pena que el ritmo cotidiana nos impida dedicar todo el tiempo que nos gustaría a esos placeres, saludos

Capri c'est fini dijo...

*Caronte: cada vez hay menos personas que saben de libros y eso si que es una pena... incluido los libreros. La del esta librería que cuento se la ve muy poco puesta... pero el lugar es encantador. Un saludo.

*El otro amante: la vida moderna nos quita muchos placeres pero hay que luchar contra eso y pasarse de vez en cuando por sitios como este. Me encanta encontrar a gente que comparte mi "FETICHISMO". Un saludo.

maite dijo...

hola capri, te dejo un obsequio, cortesía de la casa...espero te guste,
un saludo

Capri c'est fini dijo...

Maite, merci por el obsequio!!!! Precioso, un beso!

Madame X dijo...

Uhmmm... pues otra que comparte ese fetichismo. Me encantan esas librerías decadentes donde te puedes encontrar de todo. Entras sin saber con qué vas a salir. Se te revitaliza el espíritu explorador. Una pena que cada vez queden menos librerías así. La última vez que volví a mi ciudad, me llevé un disgusto horrible. Donde antes estaba una de mis librerías preferidas, me encontré una tienda de no sé qué. Tanto fue el disgusto que ni siquiera recuerdo de qué era el nuevo comercio.

Un libro no es sólo un libro, es también el ceremonial de la lectura... acomodarte en tu rincón, palpar la textura de las tapas, el murmullo de las hojas... alguna anotación con el lápiz, un momento de abstracción para asimilar un párrafo que te toca en lo más hondo con la presión del libro entre tus palmas... Eso no te lo da la lectura digital.

Ainhoa dijo...

Gracias por la visita. Me gusta lo que he leído hasta ahora por aquí. La semana pasada estuve en una librería parecida a la que tú describes. Es algo que me encanta hacer de vez en cuando. Salí de allí con cuatro o cinco libros y ese olor a polvo y a viejo y vidas anteriores tan estimulante.
Voy a seguir leyéndote.
Un saludo.

Capri c'est fini dijo...

*Madame, no esperaba menos de tí con este fetiche. Es un drama que desaparezcan este tipo de librerías. Yo como soy un fetichistas las librerías "modernas" también me gustan pero no es lo mismo. Seguro que pusieron una tienda de ropa donde tu librería. Y sobre el ceremonial de la lectura, yo es que hasta los huelo, me encanta el olor del papel impreso. Indispensable.

*Ainhoa, tu blog es muy interesante, los desiertos siempre traen misterios. También seguiré leyéndote. Gracias por los piropos.

Anónimo dijo...

Me encantan las librerias y los libros... cómo compararlas a la fria pantalla de un ordenador, sin tacto y sin olor... sigo mi andanza por tu blog.

Capri c'est fini dijo...

Lúcida, me encanta que estés visitando el blog, así, poquito a poco. Besos Lúcida.

Gabriela Collado dijo...

Capri: He descubierto tu blog por una visita tuya al mío y me gusta mucho, así que me verás seguido por aquí.
Libros... palabra mágica... Me pierden... pueden conmigo... son mi vicio... Imposible entrar en una librería sin salir con un par de ejemplares, mínimo. Pero más que las librerías comerciales, me gustan las de ocasión. Cuando vivía en Buenos Aires, uno de mis paseos favoritos era, los viernes o sábados, bien entrada la noche, casi de madrugada, recorrer las librerías de la Avenida Corrientes, que están abiertas las 24 horas y tienen sus libros apilados tal y como tú lo cuentas, ese mismo olor, el polvo, la magia de quien loas haya ya leído y tenido entre sus manos... os libros que son el billete de viaje más económico y que te llevan a lugares a donde no pueden llevarte los medios de transporte convencionales, a veces, al centro mismo de tu alma...
Un saludo!

Capri c'est fini dijo...

Jo, Maga, pues eres de las mías, es casi un ritual que tengo que hacer de vez en cuando. Gracias por devolverme la visita, pásate por aquí cuando quieras, las puertas están abierta y más con ese nick tan de "Rayuela". Me encanta. Besos.

Squirrel dijo...

Me encantan las librerías polvorientas y también otras más modernas y, por decirlo de algún modo, "limpias". Leonardo Sciascia... hiciste bien en no dejarlo atrás y llevártelo a casa. Voy a rebuscar en casa y me propongo releerlo ya.
Muchas gracias por visitar mi blog, el tuyo me gusta mucho.

Squirrel dijo...

Hiciste muy bien en no dejar abandonado a Leonardo Sciascia (a quien tengo que releer muy pronto, me lo has recordado). Las librerías polvorientas tienen algo muy especial y a mí también me atren especialmente, me quedaría días enteros rebuscando.
Me gusta mucho tu blog, muchas gracias por visitar el mío.

Capri c'est fini dijo...

*Breckinridge, gracias por devolverme la visita. Aprovecha el verano para el turismo libreril y para releer a Sciascia que nunca está de más. Un abrazo.

Anónimo dijo...

Hola:

Buenos días. Me llamo Marc. No nos conocemos. Hace unos días di por casualidad -navegando por internet- con esta entrada de tu blog.

Quiero felicitarte por ella. Me encantó leerla. Es asombrosa la forma en que coincido contigo en las apreciaciones que haces, incluso en los detalles más pequeños. Soy también un enamorado de las librerías de viejo. Gracias por ese escrito tan precioso.

El hecho es que, justamente en este momento de mi vida, he decidido montar una pequeña librería de viejo, junto con una amiga. Nos es un plan ambicioso. Sólo queremos montar una pequeña librería que contenga esas pequeñas cosas que cuentas en tu escrito.

Te quiero comentar una cosa en particular:

A mi amiga y a mí nos gustó mucho esa foto que acompaña a tu escrito. Diría que es la imagen de un cuadro. Para los dos, esa imagen es el ideal de librería que tenemos en mente: un lugar luminoso y tranquilo. Nos gustó tanto que pensamos que nos encantaría que esa fotografía pudiara acompañar al nombre de nuestra librería. Así que nos preguntamos si eso sería posible.

¿Es posible utilizar esa fotografía a modo de, digamos, imagen, anagrama..? No tenemos dinero para comprar derechos. Es un deseo surgido de la complicidad que nos despertó esa imagen desde el principio. Podemos ofrecerte el compromiso sincero de utilizar esa imagen con seriedad, con cariño, con el mismo respeto con que vamos a abrir la puerta de nuestra pequeña librería, de momento sólo en internet y, en el futuro -esperamos-, en alguna calle de nuestra ciudad.

Quizá no me estoy dirigiendo a la persona adecuada, no lo sé. Si es así y no tienes poder sobre ese cuadro, ¿serías tan amable de remitir este mensaje a la persona que sí pueda contestarnos? Puedes enviarle mi mail, si quieres, y le formulo la petición de nuevo (es éste: escribirm@yahoo.es).

Lo cierto es que, después de ver esa librería en ese cuadro, nos cuesta imaginarnos otro aspecto para nuestra pequeña librería que ése, al menos mientras no pueda adoptar una forma "real". Sería un honor que ese pequeño cuadro pueda acompañar a nuestra librería.

Gracias de antemano por leer este mensaje. Te felicito de nuevo por tu escrito, y por tu blog, en realidad (me di una vuelta por él y me pareció entrañable, creo que lo iré siguiendo en adelante). Espero que consideres esta petición como lo que es: como un sincero reconocimiento por parte de unos jóvenes libreros que modestamente desean hacerse acompañar de algo bonito en la incierta y apasionada aventura que emprenden.

Muchas gracias. Un saludo cordial,

Marc

Capri c'est fini dijo...

*Gracias por tus palabras Marc, te contesto un mail en lo que pueda ayudarte. Un saludo.